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lunes, 13 de febrero de 2012

LOS TREINTA PRECEPTOS



En 1909, Harold Klett publicó en The Library Journal de Nueva York un artículo titulado “Don’t”, en el que se contenían 30 preceptos relacionados con los libros. Al año siguiente apareció en Guayaquil una traducción anónima.


    

1. No leer en la cama.


2. No poner notas marginales.


3. No doblar las puntas de las hojas.


4. No cortar con negligencia los libros nuevos.


5. No garabatear vuestro interesante y precioso autógrafo en las páginas del título.


6. No poner en un volumen de un peso, una encuadernación de cien pesos.


7. No mojar la punta de los dedos para dar más fácilmente vuelta a las hojas.


8. No leer comiendo.


9. No fiar los libros preciosos a malos encuadernadores.


10. No dejar caer sobre el libro las cenizas del cigarro, y aún mejor no fumar leyendo.


11. No arrancar de los libros los grabados antiguos.


12. No colocar vuestros libros sobre el borde exterior o canal, como se hace frecuentemente cuando se lee y se interrumpe momentáneamente la lectura, en vez de tomarse el trabajo de cerrar el libro después de haber puesto una señal.


13. No hacer secar hojas de plantas dentro de los libros.


14. No tener los estantes de las bibliotecas encima de los picos de gas.


15. No sostener los libros sujetándolos por las tapas.


16. No estornudar sobre las páginas.


17. No arrancar las hojas de guarda de las tapas.


18. No comprar libros sin valor.


19. No limpiar los libros con trapos sucios.


20. No tener los libros encerrados en arquillas, escritorios, cómodas, ni armarios: tienen necesidad de aire.


21. No encuadernar juntos dos libros diferentes.


22. EN NINGÚN CASO sacar las láminas y los mapas de los libros.


23. No cortar los libros con horquillas para el cabello.


24. No hacer encuadernar los libros en cuero de Rusia.


25. No emplear los libros para asegurar las sillas o mesas cojas.


26. No arrojar los libros a los gatos, ni contra los niños.


27. No romper los libros abriéndolos enteramente y por fuerza.


28. No leer los libros encuadernados muy cerca del fuego o de la chimenea, ni en la hamaca, ni embarcado.


29. No dejar que los libros tomen humedad.


30. No olvidar estos consejos.


(Fragmento extraído del capítulo X “Preceptiva y práctica bibliófilicas” , de la obra La pasión por los libros, de Francisco Mendoza Díaz-Maroto, 2002, Colección Espasa Fórum, Editorial Espasa Calpe)

Bien. ¿Qué opináis? Yo reconozco que alguno de ellos me los saltaba a la tolera antes de tener conocimiento de los mismos.  Ahora intento seguirlos a rajatabla por el bien de mi modesta colección de libros.