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martes, 27 de noviembre de 2012

Mi única incursión en el periodismo


En el año 2000, mi buen amigo el periodista Pablo Villarrubia Mauso me propuso participar en la confección de uno de sus reportajes en la revista Nuevos Horizontes (Nº 4, mayo 2000).






 Le aporté todas las fotografías para su reportaje y una pequeña participación escrita que a continuación detallo.





Todas las fotografías: Jesús Fernández de Zayas
Nota: Obviamente, la revista cometió un error al adjudicar la autoría del reportaje a un tal Ernesto Milá, cuando el autor real fue PABLO VILLARRUBIA MAUSO.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Salvador


   El hombre espantado clamaba por ser encontrado por alguna alma frágil como la suya. Ansiaba ser amado, allí, en la negrura inverosímil de su memoria. En lo velado de su mente. Creía ser el único, el que supervivía después de la catástrofe de la irracionalidad ajena. Estaba desmadejado internamente, sin saber a dónde asirse para rescatar la cordura. Los demás vivían ya en sus islas de ignorancia, y él, espantado, de nuevo siempre espantado, arañaba en esos demás un pelín de caridad, revolvía con sus manos nerviosas en busca de una pista de un pasado compartido con ellos. Pero nadie le miraba de frente, a los ojos, para encontrar el reflejo de su persona, ya vacía, en aquellos ojos envidiados por su vivificante energía. Salvador no podía practicar con los demás la sugerencia de su nombre. Ya estaban todos perdidos. Y nadie le pedía ser rescatado. Preferían aquel estado de inoperancia espiritual.
   Cuando aquella mañana de abril se levantó y miró, nada más arrancarse con las uñas las costras legañosas de los ojos, a través de los visillos de la ventana de su apartamento, y saboreó visualmente el cielo de celeste pureza sin nubes que lo mancharan, no podía imaginar que aquello era lo único puro que iba a encontrar de ahí en adelante.
   Desayunar, manchándose la camisa con el cacao que siempre le chorreaba de la taza, cambiarse antes de salir a la calle, y dirigirse, zigzagueante, como si fuera un chiquillo con su juego imaginado de aeroplano borracho en las alturas, a su lugar de trabajo, donde el placer de su labor le impedía nombrarlo con otro nombre que no fuera el de edén, pues cuando en él estaba se encontraba en el éxtasis de la creación creativa. Se preguntó, se llegó a preguntar en su ignorancia, el porqué de la vaciedad, de lo desértico de las calles, del silencio aturdidor y extraño del ambiente. Quizás había madrugado demasiado y los durmientes estaban a punto de darle vida con sus bostezos a la ciudad. Miró el reloj y no estaba equivocado. Era la hora exacta para el cotidiano murmullo de lo urbano. Ni risas, ni quejas, ni silbidos de hombres ni de máquinas, ni un claxon que le hiciera detestar a los productores y productos de lo industrial. Todo era atipicidad. Sencillamente estaba solo en el mundo. O aún no se había despertado, o aún estaba abrazado a su almohada ceñido por el confortable calor de las mantas, y aquello era un sueño que asomaba desde un recuerdo apocalíptico.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Experimentando en Twitter

Queridos amigos y lectores todos:
Un buen día se me ocurrió una buena idea y la estoy llevando a la práctica dentro de mis posibilidades de compatibilidad de horarios personales y/o profesionales.
Como bien sabéis algunos, estoy soltando ideas cortas y promocionando mis participaciones en la red de redes, esa que nos envuelve a todos, y como no puedo parar de escribir, me dije a mí mismo por qué no crear escribiendo. ¿Crear escribiendo? Mis novelas cortas, mis ensayos, mis cuentos y ahora... los tuit-relatos. Empecé con "La pulga" (#LaPulga en denominación Twitter) y tuvo muy buena aceptación.
¡Vaya! En Twitter no sólo puedes hablar de política, religión, sociedad, sindicatos, protestas, marujeos, y cosas intrascendentes, como que te estás hurgando la nariz mientras que lo escribes, sino que puedes hacer literatura.
Como algunos no estáis en Twitter (aún no me explico cómo yo sí, estando como estoy en contra de las redes sociales como Facebook y similares, instrumentos de control todos) quiero compartir con vosotros mi último tuit-relato escrito en tuit-capítulos diarios, improvisados en el momento, siguiendo una trama argumental que puede cambiar en un milisegundo según le dé al autor, y con el handicap de tener que ceñirte a 140 caracteres, incluidos espacios entre palabras.
Ya compartí con vosotros #LaPulga. Ahora le toca a #LaBienPagá.
Tanto "La Pulga" como "La Bien Pagá" son conceptos sugeridos por uno de mis contactos o seguidores en Twitter, a la que yo también sigo, @LolVia_14. Desde el concepto al argumento hilvanado con coherencia, unos cuantos tuits. 
Espero que os guste. Y, por favor, deseo comentarios (de todo tipo, positivos o negativos, todos serán bien recibidos).

LA BIEN PAGÁ

#1.- Para hacer más insoportable mi espera, empezó a maquillarse sin mirarse a un espejo.
#2.- La extraña, con sus carmines, me observaba de reojo para comprobar que la espiaba.
#3.- Antes de que el tren partiera y me adormeciera su traqueteo, decidí presentarme, como un caballero, a la seductora coqueta.
#4.- Sandra era de esas personas que se hacen querer sin forzar la relación, con armonía imparable en cada risotada sincera.
#5.- La confianza mutua aumentaba con cada parada de estación y a la sexta pasada del revisor la mujer sabía más de mí que yo mismo.
#6.- El viaje en un principio iba a ser largo y aburrido, pero el encanto de Sandra me hizo desear no llegar a mi destino.
#7.- Dicharachaba y dicharachaba mientras que la temperatura del vagón, y la mía, aumentaban.
#8.- Ella no parecía darse cuenta que la provocación y la tentación alcanzaban niveles casi inasumibles por mi autocontrol.
#9.- El vagón era pura voluptuosidad pero esta vez no volvería a caer en los mismos errores del pasado, aún recientes.
#10.- Meses antes de coger el mismo tren que Sandra, yo había jurado a mi encolerizada esposa que jamás volvería a traicionarla.
#11.- En su penúltima visita,el revisor nos dijo que estábamos a dos horas de nuestro destino y Sandra cambió el tono de la charla.
#12.- Escote asombroso,curvas inverosímiles,perfume embriagador,labios insinuantes y ojos comedores. Y casi sin fuerza de voluntad.
#13.- La primera voz de alarma, silenciosa, en mi mente, cuando Sandra me llamó por mi nombre de pila sin yo haberlo mentado nunca.
#14.- La extraña ya no era tan extraña: Entre chascarrillos dejó escapar algún detalle sobre mí que pocos sabían. ¿Ya me conocía?
#15.- Atardeciendo ya, pasamos de compartir vagón a compartir asiento, y con algún que otro vaivén nuestros cuerpos se rozaron.
#16.- El olor de su sudor perfumado, la juntura de sus pechos tan cerca, el susurro de mi nombre en el lóbulo de mi oreja.
#17.- Me provocó. Juro que me provocó cuando el umbral de mi autocontrol había decaído.
#18.- En la intimidad del compartimento, cuando estaba cayendo la noche, me abalancé sobre ella, queriendo comérmela entera.
#19.- Sandra, con un gesto adorable, apartó mi boca de la suya y, atravesándome con su mirada, musitó: "Ella dijo que lo harías".
#20.- No sé aún si me causó más dolor la daga clavada en la garganta o las palabras de desprecio de aquella diosa hecha mujer.
#21.- Deseó rematarme con toda su furia, pero el despiste de un emperifollado caballero me salvó la vida, y ahora puedo contarlo.
#22.-Podría decir que ella saltó por la ventana, pero a aquella velocidad se hubiera destrozado, como mi ego.
#23.- Eduardo, al equivocarse de vagón, me salvó la vida dos veces: Evitando la escabechina, y echándome sus manos al cuello.
#24.- El traje blanco impoluto del buen samaritano enrojándose; en la distancia, los alaridos de la emboscada; y yo, añorándola.
#25.- Debió de huirme el alma hacia adelante pues después de perder el conocimiento no recuerdo nada hasta despertar en un hospital.
#26.- En el silencio absoluto, embriagado de asepsia, el vaho caliente de una voz familiar en el oido, volcando incoherencias.
#27FIN.- Mi esposa, mi afligida esposa, lograba, con uno de esos susurros, rematar mi mente: "Alguien no terminó bien su trabajo".

domingo, 11 de noviembre de 2012

TERSOS VERSOS


Definición

La sangre,
de corazón;
La mente,
de soñador;
El instinto,
de cazador;
La búsqueda,
de trovador.


Por donde vayas

Por donde vayas
habrán rosas,
por donde vaya
habrán espinas.
Clávamelas sangrándome,
sálvame rasgándome.
Y el rubor de tus mejillas
que lacere las heridas.
Ámame, con pasión, aunque muera;
ámame, con promesas, aunque duelan.
Por donde vienes
hay rosas;
por donde vengo,
dudas que son losas.


¿Por qué Poesía?

Tus ojos, veo poesía.
Tus manos, toco poesía.
Tu boca, escucho poesía.
Tu cuerpo entero, todo poesía.
Y si así es, para qué ella.


Un trozo de hombre

Agita, agita tus alas y vuela alto,
más allá de las nubes, hacia el infinito.
Sube al cielo, arriba, más arriba,
y cuando veas que el azul se vuelve negro,
cuando te falte el oxígeno,
verás que aún hay más espacio que recorrer,
y más allá, los planetas, las estrellas,
que te hablarán del amor que por ti siento,
y que envidian ellas,
y seguirás, y seguirás, y seguirás, y seguirás…
Nada en el mar y sumérgete hasta los abismos más profundos,
donde la luz tampoco llegue,
y allí los peces abisales te dirán que han oído
que hasta allí llega el amor que por ti siento.
No hay lugar ni tiempo para mi sentimiento,
no hay lugar ni tiempo para lo más grande,
y en lo más pequeño, mi corazón, una partícula,
un trozo de hombre en amor en la vastedad del Universo


Utopía

Fantaseando,
la nube andando,
el río hablando,
el árbol andando,
la niña volando,
la dicha mandando.
Fantaseando, fantaseando,
la Paz reinando.


Teniendo en cuenta

Teniendo en cuenta que añoro verte,
teniendo en cuenta que adoro olerte,
teniendo en cuenta que busco para encontrarte,
teniendo en cuenta que no me canso de hablarte,
teniendo en cuenta que sin ti estoy perdido,
teniendo en cuenta que de tu sed he bebido,
teniendo en cuenta que nada sin ti soy,
teniendo en cuenta que así ni estoy donde estoy,
teniendo en cuenta que te tengo en cuenta,
te cuento, por si no te habías dado cuenta,
que de ti, como en un cuento, estoy enamorado


Piensame

Piénsame en la noche,
piénsame en el día,
que son tus pensamientos
bellas flores mías.

Piénsame muchito,
nunca es demasía,
no tengo aún bastante
de tu vida mía.

Mas cuando estoy lejos
existe una emoción,
y es que no me alejo
de tu devoción.

Mas cuando estoy cerca,
en mí no pienses, te diría,
pero cuanto más te tengo
siempre es poco y más querría.

Piénsame durmiendo,
piénsame en vigilia,
piénsame te digo,
que tus pensamientos son mi armonía.


 Al reencuentro

    Vivo,
mi mente se llena con tu imagen.
Sigo viviendo solo.
    Camino,
recuerdo que entre mis dedos he tenido la seda de tus cabellos.
Sigo viviendo solo.
   Respiro,
pero no es lo mismo si no se integra en el aire el efluvio de tu cuerpo.
Respiro el vacío.
   Y al llegar a mi destino,
mi corazón se desboca galopando en tu presencia.
Mis ojos no ven más realidad que tu piel.
Y mi espíritu se conecta con tu esencia.
   Tal vez por eso, en el reencuentro,
mi búsqueda ha llegado a no tener sentido,
pues siempre fue encontrarte a ti mi sino,
mi auténtico destino. 


El firmamento

En la espera, lamentarse no lleva a nada.
En la distancia, lamentarse carece de importancia.
Si ahora no te tengo, he de consolarme con que nuestro amor es eterno.
Redescubrirte, y pensar que nunca más tienes que irte
me hace estallar en luces de alegría
porque anhelo catapultarme hacia el firmamento de tu alma,
renovando, en la mía, mi Amor con algarabía,
y que tú sepas que el límite no existe
y que el infinito es mío desde que tú a mí te uniste.






sábado, 10 de noviembre de 2012

Otra, otra vez

   Otra vez buscas intuiciones que no tienes. Otra vez declaras hechos que no se han producido. Otra vez acusas la falta de riesgo de lo demás en los demás. Y siempre al vaivén de las expectativas de los que ejercen su poder sobre ti, corriendo riesgos innecesarios. Acusando el desorden de no tener cubiertas las espaldas, de no saber mantenerte en el candelero. Arriesgando los fallos intransigentes de los que dependen de ti, de los que están debajo de ti. Asumiendo que no mereces sus desgracias, que no te importan sus iniquidades. Y luchas por tener un espacio en el que expandir tu mirada, el el que darle nuevos bríos a tu alma, en el mundo ese del que siempre hablas, el mundo estéril.
   Porque no tienes ilusiones, porque no sabes dar rumbo a tu vida, porque aceptas los devaneos del destino y no tomas las riendas. Dejas que los otros opinen por ti, que decidan cómo engarzar los eslabones de la cadena de acontecimientos que encauzan tu existencia. Y para los que te rodean y no dependen de ti eres una sombra que pasa, que no tiene peso en sus vidas, que no mueve las máquinas de sus destinos. Pero para los que son de tu sangre, de tu estirpe, los diriges al abismo de la incertidumbre del éxito o del fracaso. Y no sólo son ellos lo que anuncian un nuevo día. Están los miserables, están los desamparados, están los crueles, los viciosos y corruptos, los catapultados a la vaciedad. Los sin alma, los sin vida, los sin nada.
   Hay pocas razones para seguir luchando. Lo mejor es que puedes mirar hacia otro lado sin tener remordimientos por ser todo lo egoísta que te permita el instinto depredador, el canalla que llevas dentro.
   Transigente con ese tipo de pecados, magnánimo con esa suerte de debilidades, preciso en discernir la línea divisoria entre lo malo y lo peor. Sin crítica que sólo envilece las cicatrices, que sólo dulcifican tus arrebatos, los existencialistas.
  Otra vez, otra vez caerás. Otra vez caerás por el acantilando sin fondo y te golpearás contra las olas embravecidas de tu alma, preguntándote, aún así, si tú la tienes. Porque otra vez, otra vez, vuelves a no creer en nada. 
   En nada.