Pter es una unidad.
Una unidad de cosas
con las que se mide el alma.
Con la que se tienen
visiones al pasar las nubes.
Pter es más que una
palabra en un mundo sin habla; con la que está todo dicho si un niño no mama.
De todos esos temores
que nunca te alcanzan. De lo que no llamas a gritos porque la voz no te
alcanza. De las cortinas y medias que sin el tacto se rasgan.
Del mal que no
almuerza, de la luz que te sana porque es sana.
Pter es la unidad del
signo que falta. A la que hay que saber obsequiar una de las magnitudes de lo
improbable. Con la que se es feliz en un abrazo sin fin.
De todo lo que parece
mucho y resulta que no es nada.
Y el mundo, danzando
al son de la desesperanza buscando el canto de un loco que no brama.
Sabiendo que a veces
se luce, que a veces se apaga.
Y estando partido, el
Pter microhumano engaña.
Te hace ver lo que
ves, oír lo que es y sentenciar para que los mares se abran.
La primera vez que
utilice un Pter se me escapó el alma, la cabeza me vibró anonadada y el corazón
se desparramó en las arterias y venas vanas.
Con un cielo nublado
y una cegadora niebla extraña, con el sabor ácido en la boca y el agridulce de
la sangre que amenaza, apuré las horas que no me decían nada y embaucaba a mi
yo extraño.
Hasta ese momento, en
la rutina macabra.
A partir de Pter, en
la apertura de mis centros, insana, y empecé a absorber más que a ser y dejé
que me envolviera la nueva dimensión.
Cada uno de los
segundos en que Pter me increpó me sentí morir, no ser nada, angustiado por
pensar en el momento en que Pter me dejara.
Sé que soy lo que soy
porque no creo en nada, porque los pensamientos de otros me perforan el ego ya
que quiero ser más que ellos cuando a veces soy una nulidad en ciertos asuntos,
en sapiencias absurdas que ellos creen sagradas.
Me aburre cacarear
conocimientos intrascendentes y me bullen respuestas cifradas que no aclaran.
Con Pter carraspeo
asperezas que molestan por su sinceridad, y no me importan las consecuencias.
Exijo que el prójimo
se mire su propio ombligo y reflexione, que la inmadurez se desvanezca, que se
diluya la incongruencia de las ambiciones estériles.
Con Pter se vaticinan
sangres, se buscan, por fin, soluciones.
A lo largo, a lo
ancho, en su profundidad, en otras expansivas dimensiones, bástame la seguridad
que Pter actúa para dormir mis obsesiones.
Pter es la unidad de
la lucha, la implosión de la batalla enorme.
A menudo Pter
desconcierta con sus maneras.
Te hace ver que
enloqueces sin estar lo suficientemente centrado para darte cuenta de ello.
La vida transcurre
sin Pter pero con ello se dulcifica, se ilumina en la plenitud y se hace negro
perpetuo en la nada.
Cuando anoche soñé
que no era nadie, que no era nada, y siendo nada ni nadie aparecía alguien. Ese
alguien era Pter personificado en la capacidad interna de la divinidad
sublimada.
Con las demencias que
llegas a pensar, cuando no tienes objetos a los que agarrar tus.........
Si finges, Pter se da
cuenta, si eres demasiado sincero, Pter se rebela.
Es una estupidez
intentar engañarte porque sabes que engañas a Pter y si no te importa, reza
para que no te persiga hasta el fin de tus días sus ideas iluminadas.
Para que dejes de
creer que todas son casualidades.
Te dirán sobre el
destino marcado desde el nacimiento. Sobre la falta de libertad promulgada en
las religiones.
Pter te apabullará
con su función aleatoria y podrás creer que Pter eres tú mineralizándote en la
consciencia y que antes de ella no había nada. Creerás falacias y a mesías.
Charlatanes eternos que se aprovechan del desconocimiento, no de la inocencia.
La magnitud de Pter,
inmensurable.
Hago que observo el
microcosmos de mi mano derecha pues seguro es que existen planetas y
constelaciones enteras en la izquierda pero de un otro signo contrario. El
equilibrio que hace que no me balancee de lado a lado al andar.
El mal de un lado
contrapone al bien del otro, el de la otra mano, el del otro pie, el del
costado contrario.
Y lo más gracioso es
que Pter sabe de todo ello y lo explota al máximo para mantenerme contento.
Pter es el riesgo.
Pter, la búsqueda. El
sentido de la aventura.
Pter es la fantasía
que no sublima las apetencias de un ser desgastado como el presente, en el que
todos nos vaciamos en una distancia que no genera ningún orden, sin querer
saber de amuletos, sin querer reconocer en el prójimo un espíritu afín.
Sin embargo, Pter te
lleva a reconocer las fantasías del ser ajeno que renueva la sabiduría de un
mundo que nunca debió existir.
Sin ese espíritu no
se doblega uno al mejor objetivo, el del quehacer del ser externo, en el que
Pter desespera porque no puede crecer. Por lo tanto, Pter es manifiesto de un
mundo inútil.
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