Desde el 9 de abril de este 2013, estoy participando en una página web de literatura corta en la que publico algunos de mis relatos más cortos, a la vez que disfruto de mi nueva pasión: las microficciones. Es por ello que he publicado en dicha página algunos de los relatos que ya he publicado en éste, mi blog, y he estado añadiendo otros nuevos, escritos ex profeso. Los que no conocíais, los integro también ahora aquí, pero sólo los que he publicado durante el mes de mayo, añadiendo, al final de la lista, un relato inédito hasta ahora, y exclusivo para vosotros (hasta que dentro de unos meses lo publique en Corto Relatos). Dicho sea de paso, lo escribiré el último, y si me permitís me gustaría que me ayudarais dando un título al mismo, así el que más me guste será el que utilice para publicarlo fuera de mi blog (especificando el autor de la idea cuando lo haga). Dicen, los que saben, que el título de un relato es muy importante para el contenido y para la imaginación del lector en lo que sugiere el mismo. Yo quiero dar "la vuelta a la tortilla" y dejar que el lector dé título al relato según lo que le sugiera. Os pongo a continuación el enlace de esta página web donde, como dice el creador de la misma, "la idea es ofrecer una plataforma en la que todos los aficionados a las pequeñas historias puedan publicar la suya y entretenerse leyendo la de los demás usuarios."
Bueno, lo dicho, ¡a disfrutar! o ¡a sufrir! Ya me diréis cuál os gusta más. Espero vuestros comentarios.
Miedo
El monstruo no estaba dentro de él, sino que le acompañaba a todas partes, creyendo que sería absorbido por él, por entero.
Clímax
El péndulo osciló por penúltima vez.
Michael Joseph Jackson
Sesenta mil personas esperando.
Sesenta mil personas aclamando.
El ritmo de un bajo reconocido en la histeria.
Mi sombrero negro. Mi mano y mis tobillos en lentejuelas.
Mi Dios, mi madre, mi música, mis fans. He de salir y darlo todo.
¡Fuego!
Rodilla en tierra, miré a los ojos de una de las víctimas de esta guerra absurda y cruel. Tras un breve lapso, miré a esos mismos ojos a través de la mirilla de mi fusil. Tras otro breve lapso, pensé en mí y acaricié el gatillo. En el último lapso, el comandante del pelotón miró a mis ojos y asintió. ¡Fuego!
Resplandor
Cuando la Luz me cegó, dejó de ser Luz.
Soy alguien
Hoy sé que soy alguien porque alguien no me llamó por mi nombre.
Encontré fascinante que no se riera de mí mientras me miraba. Me insultaba cuando hacía como si no estuviera.
Personalmente agradecí que fuera como era, y no me molestaba que me ignorara mientras era.
Tal como a mí fue, fue para mí que fuera mientras era.
Por llevar la contraria
Prefiero vivir de pie que vivir arrodillado. Lo siento, Che.
Adulto
Leer nalgas y tocar libros: Placeres confesables.
Ladrón
Las pesquisas de la pescadera la llevaron a su gato, a su propio gato.
El escritor de ciencia ficción
Visité aquel mundo y me quedé en él. Aún sabiendo que estaría solo el resto de mis días. Me daba igual. Nadie ni nada me esperaba en mi planeta de origen. Me ilusionaba ser un pionero. Aunque nadie lo llegara a valorar. Me atraía la aventura, aunque el relato de la misma terminara difuminado en la vejez decrépita. Me entusiasmaba empezar de nuevo, aunque la sombra de la rutina se cerniera sobre este nuevo período de efervescencia creativa.
El Inquisidor
Por las noches los remordimientos no le dejaban dormir. Se decía a sí mismo que quizás presionaba demasiado a la gente.
¡Despierta! ¡Despierta!
Cachetearon su cara para despertarla de una larga pesadilla de cuatrocientos años.
- ¡Bienvenida! Te buscaremos un cuerpo adecuado.
- ¿Qué pasó con el que tenía?
- Lo descongelamos hace doscientos años para curarte el cáncer y, tras fracasar, no aguantó el proceso de recriogenización. ¡No intentes mirar hacia abajo porque sentirás vértigo y terror al vacío!
- Creo que me gustaba más la otra pesadilla.
El gallo
Acaba de salir el sol. Creo que es momento de incordiar.
Hoyo 17
La araña acababa de nacer y, persiguiendo la luz al final del túnel, fue aplastada por un mundo blanco.
Cuando el título de un cuento es más largo que el propio cuento (Minimalismo)
Érase.
(Nota: Con este microrrelato he publicado, en diferentes grupos, un debate en LinkedIn, con cuyas aportaciones he aprendido mucho).
Una vida
Primero un pie, después el otro. Primero un pie, después el otro. Y así, cientos de miles de veces hasta llegar a mi destino: La Muerte.
Miserables
Pordioseros en el camino de los alados que levitáis no osando tocar el suelo con el pie equivocado.
Objetivo: Trastear
Hoy he trasteado en mi cerebro y sólo encontré eso, trastos, cacharros inservibles, que voy a reciclar para continuar mi obra maestra: Mi vida.
Empújame
Un pie al borde del precipicio, y la cabeza, al borde del infinito.
¿Eres tú, Bela?
La laguna, oscura. Los ojos, relucientes. Mi cuello, crispado. Tus dientes, invencibles.
Payaso
Odiaba ser el hazmerreír de la función.
El no ser
Siento que no siento, veo que no veo, hago que no hago y, muy dentro de mí, noto que me deshago.
Certeza
Tras segundos de dudas, infundadas todas ellas, se lanzó al vacío y se probó a sí mismo lo que ya sabía: Que podía levitar.
Maestro
Era especialmente cruel con sus alumnos: Les enseñaba la verdad.
Élite
Nadie podía imaginar cuánto había sufrido por la humanidad, antes de exterminarla.
En blanco
Cuando la hoja de papel caía blanca se sentía defraudada.
Nirvana
Mascando luz. Sonrisando los labios tenues de tanta lucidez.
Peeling
Me encontré al payaso exfoliando la tristeza de sus rostros.
Y para terminar:
LA PUTA VIDA, SIN MÁS
LA PUTA VIDA, SIN MÁS
Me asomo al vacío y veo agua al fondo. Acude el vértigo y caigo.
No sé cuántos días pasarán hasta que me encuentren. Demasiado solitario este rincón de la finca.
No voy a desgañitarme. Intentaré trepar.
El frío húmedo está invadiendo mis huesos. La piel de las manos es un amasijo de arrugas hinchadas.
La luz del día está a punto de desaparecer. ¿Debe ser así la muerte? Lo peor va a ser el dolor.
Y ahora, ¿para qué quiero el medallón en mi bolsillo? ¿De qué me sirve ahora haber aprovechado la ausencia del dueño de la casa para husmear?
No tenía que haberme acercado a esta trampa. Pero nunca había visto un pozo, como los de las fotos, como los de las películas. Mi curiosidad me ha matado.
Ausencia de testigos de mi pecado, ausencia de testigos de mi presencia. Con este calor, ¿quién estaría mirando por su ventana y me vería pasar? Nadie se ha enterado de que estoy aquí. Yo mismo me he sentenciado.
Me toca esperar el entumecimiento. No voy a gritar. ¿Para qué? ¿Para volverme sordo con mi propio eco?
No tenía que haber hurgado en los cajones del despacho. El medallón pesa demasiado.
Me empiezan a doler los moratones que me hice al caer. Ahora ya no noto el tobillo torcido, porque todo yo soy dolor. El frío de este fondo me lo agudiza.
Creo que quiero que acabe ya. Pronto. No voy a llorar. No voy a ponerme a recordar imágenes y momentos felices en mi desdichada vida. Demasiado corta.
¡Qué pena! No voy a pedir a un dios, en el que no creo, que me saque de ésta, y menos aún dar mi palabra de que si salgo vivo me redimiré.
Soy demasiado cobarde.
Quizás en otra vida. ¡Vaya, tiene gracia! En otra vida que quizás tenga dentro de muy poco.
Pero, ¿y si no la hay? ¿Y si muero aquí y ahora y se acabó?
He dicho que no voy a gritar. He dicho que no voy a llorar. Da igual: Nunca digo la verdad.
¡Socorroooo! ¡Socorroooo! ¡Aquí! ¡Aquí! ¡En el pozo!
Yo le llamaría "Desesperación". Me gusta el relato. Pero me gusta mucho más "Peeling". Nunca había pensado en el payaso así y me gusta, me gusta mucho, la frase
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