Perfecto relato, ¿no es cierto? Con un poder de persuasión imparable, por su concisión, efectismo, color, capacidad sugestiva y limpia factura. (Extracto de CARTAS A UN JOVEN NOVELISTA, de Mario Vargas Llosa, 1997).
¿Qué debo responder a la pregunta de Mario Vargas? Por supuesto que es un relato perfecto: Es un MICRORRELATO perfecto.
Me imagino que en la época que Monterroso lo escribió (1959) no podía imaginarse (¿o sí?) que el microrrelato, nanorrelato y otras variaciones del minimalismo literario se pondrían de moda en el siglo XXI.
Yo, como eterno aspirante a escritor reconocido, leo mucho microrrelato, y, atreviéndome a la osadía máxima, también lo escribo.
Microrrelato, según la Wikipedia, es una construcción literaria narrativa cuya característica principal es la brevedad de su contenido. El microrrelato también es llamado microcuento, minificción, microficción, cuento brevísimo o minicuento.
No es algo nuevo, es cierto, pues siempre han existido autores que lo han cultivado a lo largo de la historia de la Literatura, aunque lo llamaran de otras formas: Borges, Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez...
Luis Felipe Lomelí superó a Monterroso en brevedad con el cuento más corto escrito en español: EL EMIGRANTE.
"- ¿Olvida usted algo? - Ojalá"
Existirán microrrelatos que estarán detrás de nombres desconocidos, y, aunque es imposible leerlos todos, algunos son auténticas genialidades.
Hoy, en www.cortorelatos.com , he publicado lo que se puede llamar el colmo del nanorrelato. Simplemente una llamada de atención. Puede que sea el ideal perfecto que cumple a rajatabla el concepto de microrrelato.
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