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domingo, 27 de abril de 2014

Armas de mujer

   Juana tenía un arma de doble filo con la que doblegar a sus pretendientes masculinos: Su escritura compulsiva y su lectura fagocitadora.
   Con la primera seleccionaba, al instante, al candidato a formar parte de su vida, cribando, con su vehemencia, la larga lista de hombres que intentaban embaucarla con sus logros profesionales y económicos.
   Nada más citarse con su macho, que elegía película y restaurante, le extendía, a modo de presentación, su cuaderno de relatos. Si aquel ponía caras extrañas o cualquier reparo para ni siquiera abrirlo, se despedía con un beso en la mejilla y lo dejaba, nunca mejor dicho, con la palabra en la boca. Si, por el contrario, se veía entusiasmado y encantado de tener el privilegio de leerla, pasaba la noche con él y prometía más citas.
   Con la segunda, ponía a prueba el amor, pues en cuanto se fraguaba la convivencia, se espaciaban las salidas, se ralentizaban los divertimentos y, en las horas domiciliarias en común, se intercambiaban los supuestos roles tradicionales y machistas, haciéndose él cargo de la casa, y ella, odiadora sempiterna del televisor, se atragantaba con las miles de palabras que poblaban su amada biblioteca, humilde paraíso donde, sentada, pasaba hora tras hora hasta el encuentro físico necesario para mantener la relación.
   Por eso, Juana seguía con la cabeza bien compuesta pero sin un novio que la aguantara como para llevarla al altar.

   Pero Juana se contentaba ella misma, autoconvenciéndose cuando le preguntaban por su soltería, con que tenía cientos de amores, tantos como ejemplares de papel, que la esperaban, extasiados, en sus estanterías, rebosantes de historias con las que le harían eternamente el amor. 



(Relato presentado al I Concurso de Micro Relatos del Ayuntamiento de Arroyo de la Encomienda "Las mujeres leen mucho")

viernes, 3 de enero de 2014

¿Quiénes escriben la Historia?



Está claro que la Historia la escriben los vencedores de las guerras, y en los períodos de paz, los que detentan el poder y el dinero. Algunos investigadores, como David Irving, controvertido autor, escriben sobre la Otra Historia.



   Hitler no levantó el movimiento nacionalsocialista en Alemania gracias a un capricho electoral, sino gracias a la gente, la misma que le dio, en su gran mayoría, su apoyo incondicional hasta el último día.
   Una vez en el gobierno, aboliría la guerra de clases del siglo XIX para crear una Alemania con igualdad de oportunidades para obreros e intelectuales, para ricos y para pobres.
   “El cargo de Presidente del Reich se une al de Canciller del Reich. En consecuencia, los poderes de que disponía el presidente del Reich pasarán al Führer y Canciller del Reich, Adolf Hitler. Él mismo nombrará asu sustituto.” (Decreto Ley del gabinete de Hitler, 1-8-34). En un plebiscito celebrado el 19 de agosto, el noventa por ciento del pueblo alemán votó en favor de la nueva ley.
   El 6 de marzo de 1936 militarizó la Renania alemana violando el nuevo Tratado de Versalles. El pueblo alemán se quedó muy impresionado por los métodos de Hitler, quien a finales de 1936 recibió otro apoyo contundente del voto popular en las urnas, y esta vez la proporción era de noventa a uno a su favor.
   Hitler manifestó la intención de convocar por toda Alemania y Austria el 10 de abril para confirmar la reunificación de Austria con el Reich. Ésta era la pregunta: “¿Acepta a Adolf Hitler como nuestro Führer y, por tanto, acepta la reunificación de Austria con el Reich alemán como se efectuó el 13 de marzo de 1938?” El 99,08 % confirmaron su apoyo.
   Las mujeres le tendían a sus hijos, un acto sencillo que era la mayor muestra de respeto que se podía dar a un dirigente, como Hitler señaló a sus ayudantes.
   Éste era el escudo que protegía a Hitler en 1939: Era un dictador por consenso; a un asesino jamás le habrían perdonado ni comprendido. Esta férrea solidaridad entre el Führer y el pueblo persistió hasta el final, a pesar de lo que han fingido las generaciones posteriores.

(Extracto de EL CAMINO DE LA GUERRA, de David Irving)

David Irving, nacido en Essex, Inglaterra, en 1938,
es hijo de un oficial de la Royal Navy. 
Se formó en la Universidad de Londres, 
donde cursó estudios de física, ciencias económicas
e historia política, y en 1959 pasó a trabajar en la región de
Ruhr como obrero con el objeto de perfeccionar su alemán.
Después de tres años de investigaciones publicó su primer
libro, La destrucción de Dresde, la obra más completa que
existe sobre el ataque aéreo aliado, en el cual perecieron en
una noche más de cien mil personas de la población civil.
Posteriormente publicó otros cinco importantes estudios
sobre diversos aspectos de la Alemania nazi, y en 1977 dio a
conocer el más famoso y discutido de sus libros, La guerra de
Hitler, al que siguieron El rastro del Zorro,
una gran biografía del mariscal Rommel, y El camino de la guerra.


martes, 17 de diciembre de 2013

Bárbaros perfeccionistas

   

   Las tropas de asalto llegaron a la biblioteca decididos a desembarazarse de los libros más dañinos para el sistema impuesto por el gobierno. Pero no lo harían, como otras veces en el pasado, de una forma arbitraria y sin criterio. Esta vez llevaban consigo a más de un centenar de especialistas que cribarían los ejemplares, leyendo las obras de los autores menos prestigiosos, para que no se convirtieran, con el tiempo, en biblias revolucionarias. En alguno de aquellos millones de ejemplares habría alguno que querría pasar desapercibido a los ojos de los censores. Pero esta vez no se libraría de las llamas purificadoras.



sábado, 23 de noviembre de 2013

Insoportable






Me estalla la cabeza.
El dolor no me deja pensar.
Ya me lo advirtieron:
Leer puede ser una experiencia traumática.




miércoles, 14 de agosto de 2013

El escondite de Dios


   En el año 1996 escribo la novela corta EL ESCONDITE DE DIOS, que también recibe buenas críticas de alguna que otra editorial y con la que me presento a algunos concursos literarios de ámbito nacional, a sabiendas del handicap que supone la temática y el estilo, englobados dentro de la minoritaria ciencia ficción. En el 97 me atrevo a concursar en el internacionalmente reconocido Premio UPC de Ciencia Ficción con la misma. Fechas que sólo sirven para marcar una trayectoria que ¡por fin! muestra un camino abierto en el año 1999 con la propuesta de Juan José Aroz para que participe en la selección de la Antología Anual de Literatura Fantástica y Ciencia Ficción que publica la Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción (AEFCF), y lo hago con un único cuento, escrito ex profeso, LO EXTRA DE LO INTRA. Escribo SEMPITERNO, también novela corta, y variación argumental de El escondite de Dios, y participo con ella en el Premio UPC de ese año.

   Con Sempiterno no logro mi objetivo, y no me extraña, porque al cabo del tiempo, en el año 2002, y tras revisarlo y revisarlo, cambiándolo continuamente, sin nunca quedarme contento, asumo una última y definitiva versión, a la que le cambio el título, pasando a llamarse SACRO Y CRASO, y lo publico, junto con otra de mis novelas cortas, Luztragaluz, en la editorial Visionnet con el título genérico (mira tú por dónde) Sempiterno (Dos historias, dos mutaciones, dos claves).

   Pues bien, aunque de esta publicación no llegué a ver nunca ningún beneficio económico, me valió para conseguir el carné de una biblioteca, la Biblioteca Nacional de España (Madrid) donde tuve que entregar, dos ejemplares de Sempiterno para poder conseguir dicha acreditación y poder acceder a sus instalaciones.

   El motivo de conseguir documentarme en la Biblioteca Nacional es que sabía que allí conseguiría consultar libros inalcanzables para el lector medio, pues quería empezar la confección de una historia que se saliera de los patrones estilísticos que había practicado hasta el momento, o sea, que quería escribir una novela que no estuviera clasificada dentro del género de la Ciencia Ficción.

   Después de consultar infinidad de libros y de consultar sobre temática, glosario e historia relacionada con el tema que quería tratar en ese próximo reto literario, y cuando ya tenía escritos algunos trazos, y hasta párrafos enteros, de la historia, descubro que un tal Juan Miguel Aguilera ha publicado (esto ya en el año 2004) una novela titulada Rihla y se me cae el alma (si tuviera) a los pies, por lo que llegó la depresión creativa y la subsiguiente paralización de mi proyecto.

   No voy a decir que Juan Miguel Aguilera plagió mi idea porque no es cierto, ya que no creo que sepa, ni siquiera, que existo, pero la idea argumental se parecía tanto a la que yo había fraguado durante años que, aún hoy, no le veo mucho sentido desarrollar la historia que tenía en mente.

   Pero bueno, van pasando los años y sigo escribiendo, y revisando mis antiguos apuntes, me decido hoy a juntar los destinos de Sacro y Craso y de mi novela no comenzada, pudiendo extraer dos relatos independientes que ahora publico ahora en éste mi blog.

   La novela corta Sacro y Craso es infumable, insoportable, pesada y rimbombante, y aunque no me arrepiento de haberla escrito, sí me arrepiento un poco de que esté publicada, cuando puedo asegurar que es un fruto de mi inmadurez literaria. Pero, aún así, tiene fragmentos que me gustan y que pueden ser utilizados en (quizás) otra novela futura. Uno de esos fragmentos lo he editado y os lo presento hoy bajo el título LA SEGUNDA VENIDA.

   De la novela nunca desarrollada conservo trazos y párrafos trabajados, y uno de ellos os lo presento hoy como relato con el título INFIELES.

   Cuando los leáis, notaréis que tienen un trasfondo religioso, cuando yo no practico ninguna religión. Y me atrae la curiosidad de verlos juntos después de tantos años, cuando en algún momento se tocaron en la senda de los destinos, pero, sobre todo, cuando los géneros, dentro de los que se engloban, son bien distintos.

INFIELES

   Había escuchado rumores sobre los planes exploratorios de los infieles. No daba demasiado crédito a esos afanes. Sabía del retraso en las artes navegadoras y en los incentivos que los grandes de la zona cristiana imbuían en sus súbditos para animarlos a que descubrieran nuevas tierras para ellos: La ambición material. Todos serían ricos, y se alimentaría esa riqueza mutua arrancando tesoros a los salvajes de esas tierras. Sin embargo, él y los que, como él, adoraban el nombre de Alá, buscaban otro tipo de riquezas bien distintas: Las que el raciocinio surtía con el tratamiento del conocimiento, en la vorágine de la sabiduría.


LA SEGUNDA VENIDA

   Samwel Aesequial le cacheteaba y el no volvía en sí. Cuando cayó desmayado, temió el peligro, y cargó el cuerpo a sus espaldas. Hasta que acudiera en su auxilio el androide demandado; entonces, lo transportarían sus incansables brazos. Y fue tendido,  cuando, de pronto, empezó a recuperar las consciencia.
   -Samwel, álzate y ayúdame a incorporarme.
   Así se hizo, y se midieron ambos por el mismo rasero de sus ojos. Ojos límpidos, que fulguraban con un nuevo brillo.
   La candidez especulaba con la humildad y Aesequial no pudo resistirla en aquella intensidad. Volvió a la genuflexión, y, mientras hablaba, no osó retornar a aquellos ojos.
   - Mis androides serán tus apóstoles, con los que resurgirá un nuevo amanecer, para los que se hallan en la oscuridad.
   -¡Samwel! ¿Y si no quiero ser parte de esto?
   Procurando que no se notara su sarcasmo, Samwel Aesequial dejó escapar una risita de complacencia.
   -Te pido que llegues, por Ti mismo, al conocimiento. Quien tuvo yerro una vez, puede tenerlo dos veces, ¡y más! si busca la perfección. ¡Maestro! ¡Sólo por ello resucitaste!
........................................................................

   Y dijeron que volvió El Cristo, tal como se le oyó predecir en el confín de los tiempos.
   Y dijeron que tentó, que rescató, que encamino, que alumbró, que emocionó, que desligó, que alió, que axiomatizó, que cismó, que curó, que escarnió, que perdonó, que perdonó, que perdonó...
   Mas sigue entre nosotros, sirviéndose de los inmortales para atraer a los mortales y darles el edén prometido.

   La Bigalaxia es testigo de lo narrado. La Bigalaxia, corpúsculo en el Universo, simiente del poder.




sábado, 11 de mayo de 2013

Microrrelatos: ¿Literatura?

"El dinosaurio", del guatemalteco Augusto Monterroso, consta de una sola frase: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Perfecto relato, ¿no es cierto? Con un poder de persuasión imparable, por su concisión, efectismo, color, capacidad sugestiva y limpia factura. (Extracto de CARTAS A UN JOVEN NOVELISTA, de Mario Vargas Llosa, 1997).

   ¿Qué debo responder a la pregunta de Mario Vargas? Por supuesto que es un relato perfecto: Es un MICRORRELATO perfecto.
   Me imagino que en la época que Monterroso lo escribió (1959) no podía imaginarse (¿o sí?) que el microrrelato, nanorrelato y otras variaciones del minimalismo literario se pondrían de moda en el siglo XXI.
   Yo, como eterno aspirante a escritor reconocido, leo mucho microrrelato, y, atreviéndome a la osadía máxima, también lo escribo.
   Microrrelato, según la Wikipedia, es una construcción literaria narrativa cuya característica principal es la brevedad de su contenido. El microrrelato también es llamado microcuento, minificción, microficción, cuento brevísimo o minicuento.
   No es algo nuevo, es cierto, pues siempre han existido autores que lo han cultivado a lo largo de la historia de la Literatura, aunque lo llamaran de otras formas: Borges, Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez...
   Luis Felipe Lomelí superó a Monterroso en brevedad con el cuento más corto escrito en español: EL EMIGRANTE.
   "- ¿Olvida usted algo? - Ojalá"



     Existirán microrrelatos que estarán detrás de nombres desconocidos, y, aunque es imposible leerlos todos, algunos son auténticas genialidades.
   Hoy, en www.cortorelatos.com , he publicado lo que se puede llamar el colmo del nanorrelato. Simplemente una llamada de atención. 



   No es una tomadura de pelo, aunque lo parezca. Es abstracción pura porque, con una palabra, puedes abrir el campo de las especulaciones infinitas de lo que podría ser la libertad del lector para imaginar continuaciones al relato, situaciones, personajes y mundos. Una página mental en blanco que el lector puede escribir con su creatividad. 
   Puede que sea el ideal perfecto que cumple a rajatabla el concepto de microrrelato.



jueves, 2 de mayo de 2013

Mi traición

   Tengo una amplia biblioteca cuyos ejemplares fui atesorando durante años y, al cabo de esos años, me he dado cuenta que los tesoros inalcanzables existen.
   En la era de la información digitalizada, en la que nada existe si no está en las redes de internet, los kilos y kilos de papel impreso se acumulan, y con ellos, los kilos de desgana por pasar las yemas de los dedos por sus lomos y páginas.
   Y la tristeza me asola, y la impotencia me estropea aquel sentido antaño, quizás equivocado, de la bibliofilia. 
   ¿Fue, quizás, un autoengaño, un síndrome, del que no me percaté en su momento, relacionado con la acumulación sin sentido? ¿Tuve la esperanza, en su momento, de leer todo lo que compraba, recogía o intercambiaba?
   ¡Qué desfachatez utilizar un libro como mero adorno decorativo! Pero, ¿no es más ridículo e improductivo utilizar un libro como relleno de una personalidad no completada?
   El agua y el fuego son enemigos, naturales y artificiales, de nuestros amigos los libros, pero aún peor enemigo es su ignorancia, su exclusión, su desaire, su arrinconamiento.
   Eso alimenta el propio oscurantismo, la propia censura, el caer en una profunda manipulación voluntaria.
   Mis libros, mis tesoros, mis alarmas internas, que gritan, con su presencia, mi traición.
   Al menos aún tengo el consuelo, el lacerante consuelo, de demostrarme a mí mismo, que puedo crear palabras y dibujarlas sobre un papel inmaculado con el movimiento de danza de mis dedos, antes de trasladarlas al mundo virtual, como estoy haciendo en este instante, y que sólo el recuerdo futuro de ello impregnará mi vejez, cuando caiga en la cuenta de que la desfachatez presente podrá ser arrepentida sin penitencia, sin remordimiento, al posar mis ancianos ojos sobre las palabras escritas por mí y por otros, y que así haré justicia, poética y narrativa...


domingo, 2 de diciembre de 2012

Colaboraciones


   En el año 2000, mi buen amigo el periodista brasileño Pablo Villarrubia Mauso, publicó el libro Un viaje mágico por los misterios de América, en la Editorial EDAF, dentro de la Colección Mundo Mágico y Heterodoxo, con prólogo de Alberto Vázquez-Figueroa.


   Para el capítulo VIII titulado Bolivia: Tiahuanaco, la cuna de los dioses, me pidió colaborar aportando algunas fotografías del lugar enigmático sobre el que quería escribir, a lo que accedí encantado. También me propuso algo que no me había propuesto nunca ningún periodista o escritor: Entrevistarme. Y éste es el resultado. 

   «Allí, en el altiplano boliviano, a 4.000 metros de altitud sobre el nivel del mar, el azul del cielo es irrepetible. El contraste con el verde de las montañas, insuperable. Y el enigma de los grises de Puma Punku, que ha sido, es y será eterno. Fue este lugar, a poco menos de un kilómetro de Tiahuanaco, que me atrajo irresistiblemente», me decía Jesús Fernández de Zayas, un joven entusiasta de los misterios de las antiguas civilizaciones.




   Jesús había participado de un viaje a Bolivia con Javier Sierra y Vicente París en marzo de 1994. «Más del 60 por ciento de las ruinas yacen aún sepultadas por la tierra. En Bolivia no hay dinero para excavaciones. Algunos arqueólogos sirven de guías turísticos y piden algunos dólares a cambio y venden una que otra artesanía o pedacitos de piedras», me comentaba con pesar durante una visita que me hizo en Madrid.
   «Allí existen bloques de andesita gigantescos, algunos con más de 150 toneladas de peso. ¿Qué explicaciones dan los arqueólogos para su forma de transporte?», le pregunté.
   «Se ha dicho que podría ser en barcas o balsas de totora desde no se sabe qué canteras, pues las moles no provienen de las montañas circundantes. Según otros, el transporte sólo se invertía en traer la materia prima en pequeñas cantidades y luego ésta se amasaba con fluidos milagrosos conocidos únicamente por los técnicos-sacerdotes moldeando las formas. Éstas, más tarde, se unirían para la construcción gracias a un pegamento especial desconocido en la actualidad, o con grapas de cobre arsenical extraídas en las últimas excavaciones, y de las que quedan huellas perennes en algunas piezas de este gigantesco rompecabezas», seguía desgranando misterios mi amigo.

   Pero hay muchos más misterios en Puma Punku. Se han detectado anomalías magnéticas localizadas en un mismo bloque cuando el N de una brújula se deja desorientar con el desplazamiento centimétrico encima del mismo. Allí también se han encontrado los canales de drenaje con los que eran capaces de transportar agua desde una distancia de 10 kilómetros, mostrando así un avanzado sistema de organización social.
   «La miseria y el desconocimiento de los actuales habitantes de la zona donde se halla el pueblo de Tiahuanaco han hecho rapiña en Puma Punku para levantar viviendas y otros edificios. Para ello mezclan el presente con lo sagrado del pasado, y es seguro que osan tener los pretendidos sabios contemporáneos esté perdida en los cimientos de otros lugares sagrados de espíritu diametralmente opuesto al de los moradores del Tiahuanaco Antiguo», se lamentaba  Jesús.

© 2000. Pablo Villarrubia Mauso
© 2000. Editorial EDAF, S. A. 
© Fotografías: Jesús Fernández de Zayas