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miércoles, 12 de noviembre de 2014

Adán


Me tocaste el sabor,
conociste el olor,
de la fruta bella, de la fruta bella.     




Y quisiste, amor,
que probase el dolor,

de la fruta bella, de la fruta bella.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Coma

Vuelvo a emocionarme pensando en ella.
Porque es lo único que puedo hacer: Pensar.
Porque, aunque noto, no sé cómo, que está a mi lado, no puedo verla, ni tocarla, ni escucharla, ni siquiera olerla.
Y pienso en ella, continuamente, para olvidarme de mi castigo eterno.
Provocado por mí mismo y mi falta de coraje.
Y pienso en ella, sin imaginar nada, solo recordando cómo era antes que yo dejara de ser.
Y en esta especie de limbo en el que me encuentro, ella y nada más, me hace olvidar el dolor continuo.
El de la pérdida de mi vida, de mi propia vida, desmerecida por mis actos egoístas.
Y me martirizo enfrentándome a mis propios miedos, a mis propios ojos que me miran con sorna e ira al mismo tiempo.
Y pensando en ella ahora me pregunto, muy íntimamente, por qué no pensé en ella antes.
Cuando la tenía a mi lado y la podía ver, tocar, escuchar, oler, y hasta saborear.
Cuando desoí sus advertencias sobre la espiral autodestructiva en la que estaba cayendo, resbalando tan precipitadamente.
Y preguntándome esto y más, me odio.
Y odio el amor que tuve por aquella vida artificial, que me ha llevado a esta vida en penumbra.
Y no entiendo por qué, pudiendo haber tenido plenitud con ella y con todos los que me amaban, preferí la destrucción.
La de mis neuronas.
Preferí el polvo blanco que ahora es negro.
Negro. Negro. Negro y profundo.
Sin fondo.
Sin salida.
Seguiré pensando. Es lo único que tengo.

En ella.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Sensación


Experimentó un dolor intenso, un espasmo en cada una de su células, cuando se veían ocupando el mismo espacio que las del otro.




martes, 1 de abril de 2014

Injustamente




Me duele el dedo índice de tu mano derecha. Cuando me apuntas con él. 
Cuando me acusas injustamente.


jueves, 27 de marzo de 2014

Espérate sentada

   Ya sé que estás esperando el momento de mi rendición, ahí sentada, frente a mí, dejando que te aplasten los que me visitan, los que dicen que me quieren. Y cuando se van, sonríes, convencida de que mienten y de que todos desean que sea tuyo. Pero te digo que ahí seguirás esperando. Porque no me rendiré. Ni por el dolor ni por la cobardía de afrontar otro día en este estado tan lamentable. Sigue riendo, que no me impresionan tus retumbantes falsedades. Cuando tenga que acompañarte, lo haré, pero será involuntariamente. Y no será en este hospital. Ni con este cuerpo.



viernes, 14 de febrero de 2014

Anestesia

Dejaba pasar el tiempo y los segundos no le dolían. Maduraba mansamente, sin desear nada para que nada se produjera. Sólo él con él.


jueves, 26 de diciembre de 2013

Ligna



   El último hachazo hizo caer el árbol, para que se doblegara el bosque ante la potencia de sus brazos. Y la resina del árbol vecino rezumaba por su tronco, llorando por el sufrimiento que aquel humano iba a infligirle en pocos minutos.



miércoles, 25 de diciembre de 2013

La Mar



  Cuarteada la piel de las manos. Con dolor punzante en las simas de los dedos, el pescador tiraba de la red llena de sufrimiento. Para llevar a los suyos algo que llenara la sima de sus estómagos.



domingo, 1 de diciembre de 2013

Estados críticos


Líquido: Alcohol en la sangre.
Frenazo en seco.
Atropello en seco.
Disculpas en seco.

Líquido: Sudor en las manos.
Crispación en seco.
Golpe en seco: En la cara.


Líquido: Sangre en el alcohol.










Caronte


   Tantos años de lascivia le llevaron a la deshonra. La familiar, la profesional. Nadie esperaba que se culpara por ello.

   Había sido extremadamente feliz, y ahora, olvidado por sus amantes, mendigaba cariño en los asilos de ancianos, donde nadie le reconocía, donde nadie le criticaba, donde nadie le juzgaba, hasta que, ya cerca de la muerte, en la penumbra de la pena, se espantó por su aspecto, pues no discernía si era un ángel o un demonio el que le acompañaría a cruzar el umbral al más allá.



sábado, 23 de noviembre de 2013

Insoportable






Me estalla la cabeza.
El dolor no me deja pensar.
Ya me lo advirtieron:
Leer puede ser una experiencia traumática.