Hace poco una lectora me decía que soy un friki que sólo sabe escribir historias de ciencia ficción para frikis. Creo que esta afirmación no es correcta, pues, como puedo demostrar en mis publicaciones en varias páginas web dedicadas a relatos cortos, escribo también poesía, reflexiones, dramas, microrrelatos y cuentos para niños y no tan niños.
Pero ahora quiero ir un poco más allá, empezando por mi blog para escribir también relatos de TERROR, auténtico terror por lo reales y quizás realizables y ya realizados en el mundo real. Así es como empieza mi Ciclo del Pavor, cuyos relatos y microrrelatos publicaré individualmente en algunas de esas páginas dedicadas a la literatura breve.
RUMORES
Críspulo
Hontananzas saludó calurosamente a su compadre Eustaquio antes de susurrarle,
con su aliento cargado en alcoholes, que su esposa estaba sacando los pies del
plato con su otro compadre, el Huevón Florindo, a lo que el supuesto ultrajado
contestó cortando de un tajo de navaja la sonrisa desdentada del cotilla
fabulador y mentiroso, y cuando, la cara chorreante de sangre preguntó el
porqué con un movimiento descontrolado de ojos, el compadre Eustaquio, susurró
también al oído, antes de cortar la oreja que lo ampliaba, que nadie se burlaba
de su esposa, aún virgen, y menos aún del único amor de su vida, el edulcorado,
amable, lisonjero y buen amante Florindo el Huevón.
HARTO
El maldito asesino
acababa de abandonar a su reciente víctima a los perros de la noche, sabiendo
que el olor del desventrado los atraería. Con sangre fría limpiaba el arma
homicida y, mientras lo hacía, recordaba con sorna los lamentos de súplica del
aterrorizado condenado.
Visualizaba ya la
cara del próximo sacrificado en su ritual y se prometía que sería una mujer,
porque ya estaba harto de buscarse en otros rostros masculinos, pues eso es lo
que hacía al suicidarse poco a poco con cada vida que arrebataba.
DIOS DINERO
Si tenía dinero,
era para disfrutarlo.
Y si tenía
muchísimo dinero no era para derrocharlo sino para vivir experiencias
irrepetibles, porque lo que tenía claro es que nadie había vuelto para
asegurarle que había otra vida después de ésta.
Las perversiones
normales, las que estaban más al uso entre los que eran como él, ya no le
satisfacían, y buscaba nuevas experiencias que inyectaran más adrenalina de lo
normal a su cerebro.
La libertad de no
haber caído en la trampa del matrimonio le había permitido experimentar todo lo
inimaginable con su sexo y el de los demás.
El anonimato que le
brindaba el chorreo continuo de sobornos a políticos e integrantes de las
fuerzas de seguridad, había hecho que sus ansias sadomasoquistas no alcanzaran
un umbral razonable. Pero siempre quería más, y al querer más, veía menguado el
universo de tentaciones.
Todo y todos tenían
un precio y él, por ahora, estaba dispuesto a pagarlo.
La vida de los
otros era un cheque en blanco, pero la muerte de los demás era algo más que el
poder de un dios, el que él personificaba cuando le daba en gana.
(Nota del autor: Este relato se lo dedico a Fernando García Mediano, padre de Miriam, una de las niñas asesinadas en Alcàsser, por ser un auténtico buscador de la Verdad y la Justicia, tan falta en este país llamado España)
YO DENUNCIO
Religiosamente bienhallado.
Religiosamente maniatado.
Religiosamente amordazado.
Religiosamente apaleado.
Religiosamente deshonrado.
Religiosamente invadido por la carne extraña de uno de los siervos de Dios en la Tierra.
El pecado de la provocación, por ser inocente y puro, debe ser castigado.
(Nota del autor: No es mi intención atacar las ideas religiosas de mis lectores. Sólo denuncio, de una forma literaria, un hecho constatado, y reprobado por la mayoría de los integrantes de la Iglesia Católica)
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