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sábado, 17 de noviembre de 2012

Experimentando en Twitter

Queridos amigos y lectores todos:
Un buen día se me ocurrió una buena idea y la estoy llevando a la práctica dentro de mis posibilidades de compatibilidad de horarios personales y/o profesionales.
Como bien sabéis algunos, estoy soltando ideas cortas y promocionando mis participaciones en la red de redes, esa que nos envuelve a todos, y como no puedo parar de escribir, me dije a mí mismo por qué no crear escribiendo. ¿Crear escribiendo? Mis novelas cortas, mis ensayos, mis cuentos y ahora... los tuit-relatos. Empecé con "La pulga" (#LaPulga en denominación Twitter) y tuvo muy buena aceptación.
¡Vaya! En Twitter no sólo puedes hablar de política, religión, sociedad, sindicatos, protestas, marujeos, y cosas intrascendentes, como que te estás hurgando la nariz mientras que lo escribes, sino que puedes hacer literatura.
Como algunos no estáis en Twitter (aún no me explico cómo yo sí, estando como estoy en contra de las redes sociales como Facebook y similares, instrumentos de control todos) quiero compartir con vosotros mi último tuit-relato escrito en tuit-capítulos diarios, improvisados en el momento, siguiendo una trama argumental que puede cambiar en un milisegundo según le dé al autor, y con el handicap de tener que ceñirte a 140 caracteres, incluidos espacios entre palabras.
Ya compartí con vosotros #LaPulga. Ahora le toca a #LaBienPagá.
Tanto "La Pulga" como "La Bien Pagá" son conceptos sugeridos por uno de mis contactos o seguidores en Twitter, a la que yo también sigo, @LolVia_14. Desde el concepto al argumento hilvanado con coherencia, unos cuantos tuits. 
Espero que os guste. Y, por favor, deseo comentarios (de todo tipo, positivos o negativos, todos serán bien recibidos).

LA BIEN PAGÁ

#1.- Para hacer más insoportable mi espera, empezó a maquillarse sin mirarse a un espejo.
#2.- La extraña, con sus carmines, me observaba de reojo para comprobar que la espiaba.
#3.- Antes de que el tren partiera y me adormeciera su traqueteo, decidí presentarme, como un caballero, a la seductora coqueta.
#4.- Sandra era de esas personas que se hacen querer sin forzar la relación, con armonía imparable en cada risotada sincera.
#5.- La confianza mutua aumentaba con cada parada de estación y a la sexta pasada del revisor la mujer sabía más de mí que yo mismo.
#6.- El viaje en un principio iba a ser largo y aburrido, pero el encanto de Sandra me hizo desear no llegar a mi destino.
#7.- Dicharachaba y dicharachaba mientras que la temperatura del vagón, y la mía, aumentaban.
#8.- Ella no parecía darse cuenta que la provocación y la tentación alcanzaban niveles casi inasumibles por mi autocontrol.
#9.- El vagón era pura voluptuosidad pero esta vez no volvería a caer en los mismos errores del pasado, aún recientes.
#10.- Meses antes de coger el mismo tren que Sandra, yo había jurado a mi encolerizada esposa que jamás volvería a traicionarla.
#11.- En su penúltima visita,el revisor nos dijo que estábamos a dos horas de nuestro destino y Sandra cambió el tono de la charla.
#12.- Escote asombroso,curvas inverosímiles,perfume embriagador,labios insinuantes y ojos comedores. Y casi sin fuerza de voluntad.
#13.- La primera voz de alarma, silenciosa, en mi mente, cuando Sandra me llamó por mi nombre de pila sin yo haberlo mentado nunca.
#14.- La extraña ya no era tan extraña: Entre chascarrillos dejó escapar algún detalle sobre mí que pocos sabían. ¿Ya me conocía?
#15.- Atardeciendo ya, pasamos de compartir vagón a compartir asiento, y con algún que otro vaivén nuestros cuerpos se rozaron.
#16.- El olor de su sudor perfumado, la juntura de sus pechos tan cerca, el susurro de mi nombre en el lóbulo de mi oreja.
#17.- Me provocó. Juro que me provocó cuando el umbral de mi autocontrol había decaído.
#18.- En la intimidad del compartimento, cuando estaba cayendo la noche, me abalancé sobre ella, queriendo comérmela entera.
#19.- Sandra, con un gesto adorable, apartó mi boca de la suya y, atravesándome con su mirada, musitó: "Ella dijo que lo harías".
#20.- No sé aún si me causó más dolor la daga clavada en la garganta o las palabras de desprecio de aquella diosa hecha mujer.
#21.- Deseó rematarme con toda su furia, pero el despiste de un emperifollado caballero me salvó la vida, y ahora puedo contarlo.
#22.-Podría decir que ella saltó por la ventana, pero a aquella velocidad se hubiera destrozado, como mi ego.
#23.- Eduardo, al equivocarse de vagón, me salvó la vida dos veces: Evitando la escabechina, y echándome sus manos al cuello.
#24.- El traje blanco impoluto del buen samaritano enrojándose; en la distancia, los alaridos de la emboscada; y yo, añorándola.
#25.- Debió de huirme el alma hacia adelante pues después de perder el conocimiento no recuerdo nada hasta despertar en un hospital.
#26.- En el silencio absoluto, embriagado de asepsia, el vaho caliente de una voz familiar en el oido, volcando incoherencias.
#27FIN.- Mi esposa, mi afligida esposa, lograba, con uno de esos susurros, rematar mi mente: "Alguien no terminó bien su trabajo".

1 comentario:

  1. Me ha hecho tener curiosidad hasta el final, y eso que es un argumento bastante manido. ¡Quiero más relatos así!

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