Vistas de página en total

jueves, 28 de marzo de 2013

Un foco de luz


   ... Luz. Luz interior que se hace reversible y se muestra exterior.
   Si pienso en que tú tienes ganas de aprender, yo, un foco de luz, me proyectaré hacia ti.
   Imagínate mil personas vagando sin rumbo en una ciudad en la que les es todo dado. Nadie se compromete a doblar el espinazo por conseguir algo más. La comodidad es absoluta. Y los cómodos hacen escuela. Pero de entre ellos sale un hombre que se pregunta si debe de doler el rechazar lo fácilmente conseguido. Si debe de hacer sufrir el buscar la incomodidad de pensar por uno mismo y no seguir como borrego a los demás del rebaño. ¡Qué estúpido!
   “No estoy contento conmigo mismo. Todos seguimos pautas marcadas de antemano por unos pocos que deciden qué tiene que ser y qué no tiene que ser. Yo no estoy de acuerdo con no decidir por mí mismo mis propias pautas.”
   ¡Qué pobre desgraciado! Tiene de todo y no está conforme. ¿Por qué pensar? ¿Para qué pensar?
   “¿Y si existe algo más? Trabajar, comer, dormir, andar, hablar, reír, llorar, comprar, conocer, aceptar. ¿Y si existe algo más?”
   Seguro que no. Los sabios ya decidieron lo que es mejor para todos.
   Pero decidieron, ¿para quién?
   Para ellos mismos. Demasiados sabios egoístas.
   No te preguntes qué ocurre con los descarriados que aparecen de vez en cuando. Seré ingenuo pero quizás ellos sean los que van encontrando la Verdad.
   Tengo claro que viviré mil años, mil veces mil años, mil veces mil veces de años, y no conoceré esa Verdad, pero si no doy el primer paso…
   ¿Me engaño? ¿Te engaño?
   Sigue feliz siendo orientado en todo.
   ¿No me envidias?

1 comentario:

  1. Hola, Soy EM Rosa de cortorelatos. Me encantan tus historias y seriía un verdadero honor que incluyas algún relato mío en tu Blog.
    Muchas Gracias.

    ResponderEliminar