Tengo que limpiar
el desaguisado de mi último crimen. Demasiada sangre. Demasiados órganos
reventados. Demasiadas pistas para los sabuesos. Esta vez me cazan. Como no lo
remedie con premura, me cogen. Y no estoy dispuesto a pasarme la vida entre
rejas. No ahora. Cuando he logrado escabullirme durante estos noventa y ocho
años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario